Cuando cursaba 2do año de profesorado en Geografía, mi profesor de Economía Carlos Andujar, nos dio como material de lectura "Las venas Abiertas de América Latina" de Eduardo Galeano y justo para ese momento había terminado de leer el "Manual del perfecto idiota latinoamericano" una compilación de diferentes autores con prologo de Mario Vargas Llosa, donde se critica el primer libro nombrado. Por esto, me pareció interesante proponerselo como lectura alternativa. Interesado, más por que existe un capitulo especifico donde se trata del libro de Galeano llamado la "biblia del Idiota" en alusión a "Las venas abiertas...", aceptó leerlo. Luego propuso a la clase la lectura de ambos y la elaboración de un escrito. En ese momento la inspiración me llevó a escribir este texto que hace poco reencontré y comenté vía mail con mi profesor, quien además me compartió un enlace de un escrito que hizó para Página 12 La Otra Postal.
El escrito es una situación hipotética, irreal, inventada tras lectura de diversas fuentes (ya nombradas), les pido su discreción, se los comparto junto a un gran recuerdo en mi formación docente, y como siempre los invito a comentar, muchas gracias:
Situación hipotética por;
Sofía Zapata
Era un día nublado como cuántos ha de tenerse en la capital porteña de Buenos Aires, ciudad autónoma de la república Argentina. Una fina llovizna cae sobre los tejados del barrio de San Telmo. Allí hay cientos de bares, se han extinguido los conventillos pero han quedado aún las marcas de épocas pasadas. Cuantas calles habituales del andar porteño, cotidianas en la vida diaria que petrifican a personajes históricos como lejanos y a su vez cerca, teniendo protagonismo diario. La gran plaza, aguarda en silencio, conservando el llanto en sus tierras. Sangre derramada, según las palabras de gran escritor argentino. Quién se animo a quebrar la calma, quién estipulo que como primera condición para cambiar la realidad se debe conocerla, y quien no mejor que el pasado para convocar al presente con múltiples causas; Él, él se encuentra aquí, en uno de estos bares, simplemente esperando.
Tiene la mirada perdida en las calles que confluyen sobre una esquina. Ésta justo en un gran ventanal y sin custodias a la vista. Fácilmente podría pasar como una persona más, sólo un hombre mayor con nostalgias. En su mesa hay diversos libros esparcidos, volúmenes tocando los tonos amarillos y otros tan nuevos como las hojas de este escrito. Un cuaderno con anotaciones, letra de médico en las frases con fechas exactas incluso. Y aún a pesar de ello, no se reconocerá ni cómo historiador ni cómo escritor, y se sentirá más cerca de ese tipo mayor que sólo espera en el bar.
Con un andar lento pero con chispas en la mente, se acerca a su encuentro, otro hombre, otro que es reconocido como escritor pero será apreciado como creador de cuentos y novelas. Sean ciertas, o imaginaciones, ambos están unidos por un pasado similar y muy distinto a su vez. Los dos hombres que pronto se han de saludar, conocieron el rigor de la dictadura, algo que cambio sus vidas para siempre como su mirada del mundo, como cuantos latinoamericanos.
Él conoce calles, otras que han sido de gran inspiración como la calle de Diego Ferré en un barrio sin nombre, con aire de mar desde Lima, pero, sin embargo, escrita en Madrid. El centro de buenos aires fusiona algo de la ciudad de Madrid, con aires europeos en su arquitectura, pero se aleja del ideario en sus integrantes. Todos ellos aquí serian los idiotas, mientras en Madrid no lo serian. Llevamos según él, la idiotez en los genes tras generaciones de idiotas propios de Latinos, inconcebible de los norteamericanos y/o europeos. Él, que reconocerá la calle pero negará el barrio como lo ha expresado en sus novelas, contradice su propia sentencia y se negará de ser reconocido como idiota. Se contradice como todo hombre y mujer, pareciere esto, ser algo común en la especie humana pero se distingue del resto por su terquedad, en parte también.
Ingresa al bar, este último hombre vacilante y se acerca a la mesa;
- Buenas tardes, disculpa, pero he tenido que tomar tarde el vuelo. Mi hijo Álvaro no podrá acompañarnos, como te he adelantado pero creo que con mi presencia bastará por esta tarde.
- No tienes porque disculparte, me agrada Buenos Aires, justo recordaba algo de su historia que se dio a conocer en mi país.
- ¡Interesante Uruguay! más mujeres que hombres… será que no saben como conservarlas, pues muchas de ellas prefieren la Argentina que el Uruguay- Realiza una mueca Vargas Llosa, y se sienta frente a Eduardo Galeano en el bar.
- ¡Mujeres! Tu tema preferido supongo, no he de discutírtelo, prefiero no opinar en esos temas, pero no nos reunimos aquí por ello.
- ¡Eres primitivo! Te lo he dicho varias veces, pues no comprendes varias cuestiones actuales, te has quedado en el pasado Galeano! Ahora me dirás que un simple chiste revela una disminución de ellas, un machismo. ¡Me dirás que esto no tiene que ver con los hombres uruguayos sino con el avance del capitalismo!-
- Para ti, el pasado es estéril y estancado, eso es lo que te falta comprender aún; pues, ¡al callar el pasado con mentiras no consigues ver el presente Mario! ¿Y que crees que puedes construir sin saber sobre dónde lo creas? Aquel castillo que se eleva en la arena, caerá y lo sabes, porque jamás la implantación de tus maravillosos modelos extranjeros ha dado los mismos resultados que en esos países ya que no se han considerado, esto que tú niegas, que son simplemente los cimientos… que yo distingo al investigar la “historia”.
- ¡No sigas, que puedo leerte la mente Galeano! Sé hacia donde apuntas... lo sé, porque lo veo en la punta de tu lengua; me dirás que se explica por la lucha de clases. ¡Lo sabia! Ese marxismo de folletos no puede indicarme otro camino en tu discurso, Eduardo; déjame continuarlo por ti; esclavismo, feudalismo, capitalismo, y socialismo, antesala de una sociedad realmente igualitaria. Los culpables de la pobreza y el atraso de nuestros países son dos aliados funestos; la burguesía y el imperialismo. Esos serán tus temas preferidos. Los enemigos de siempre y los héroes que son más antihéroes ya que no terminan triunfantes sino desamparados. Buscas chivos expiatorios; el imperialismo, el neocolonialismo, las trasnacionales, los injustos términos de intercambio, el pentágono, la CIA, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, etcétera, sólo para sentirte cómodo en la situación de victima.
- ¿Chivos expiatorios? ¿Realmente crees que no tienen ningún papel en nuestros países americanos la intervención de estos a quienes tú quitas de toda responsabilidad? Me sorprende de ti, algunas cosas, como estas. ¿A dónde ha de conducirte todo este engaño que te creas? Acaso te has creído su imagen de “neutralidad”, te has creído que sólo intervienen para “ayudar”. He leído tu obra Vargas Llosa- De una pila de libros saca el Manual del perfecto idiota latinoamericano y se lo muestra- jamás he leído algo tan cómico en mi vida. Pero hay algo que sí, me horroriza, el pensar que puede ser algo contagioso, así como tú calificas a mi obra. Que podría ser contagioso ese pensar y que caigan los jóvenes en el olvido, en la cultura del olvido, que tú les brindas.
- Si eso crees, mi viejo amigo, no las leído nada del libro. Este libro no ha de proponerte una visión cerrada como tu si expones, si no que demuestra otras formas de pensar por medio de las criticas. Puede resultar cómico, sí, ya que no necesariamente debe verse todo con amargura. Busca la confrontación intelectual, nada de “cultura del olvido”. Se mueve en el plano de las ideas y no de las anécdotas, usa argumentos, no dicterios ni descalificaciones personales, contrapesa la ligereza de la expresión, y su virulencia dialéctica, con el rigor de contenido, la seriedad del análisis y la coherencia expositiva. Por eso, aunque lo recurre el humor de arriba abajo, es el libro más serio del mundo y después de leerlo, el lector queda pensando. Y lo asalta de pronto la tristeza; ¿Seguiremos siempre así, creando con tanta libertad y teorizando tan servilmente?
- Entonces terminas causando algo de tristeza al fin y al cabo, ya que sin importar por donde se lo vea; nacimos en estas tierras no se puede negar el dolor de su gente. Cómo ese pasado recae en el presente, y cómo hoy en día se continúa con mucho de esas épocas colonizadoras, se continúa con ese tiempo, por eso la independencia fue un cuento, como esos que tú escribes, nunca existió una falacia similar. Sólo se ha cambiado por otros dueños, pero siguen siendo esos pocos que controlan a muchos. Y quien no lo crea entonces, será un verdadero idiota ya que despertará feliz ignorando a sus hermanos latinos.
- ¡Amén!- Suelta Mario una gran carcajada, se ha tentado tanto que llora entre risas. Mientras Eduardo lo mira seriamente; pensará como el escritor del “libro más serio del mundo” puede reírse así. – ¡tienes realmente una incapacidad profunda para discriminar entre verdad y mentira, entre realidad y ficción! América Latina ha producido grandes artistas, músicos eximios, poetas y novelistas de excepción; pero pensadores tan poco terrestres, doctrinarios tan faltos de honduras y tantos ideólogos en entredicho perpetuo con la objetividad histórica y el pragmatismo. Y también, como si fuese poco, la actitud religiosa y beata con que la elite intelectual adopto el marxismo, ese catecismo con respuestas prefabricadas para todos los problemas, que eximia de pensar, de cuestionar el entorno y cuestionarse a si mismo, que disolvía la propia conciencia.
Eduardo se queda en silencio por un momento. Lo mira sorprendido, Mario se ha agitado demasiado, es ya un hombre mayor como para acelerarse tanto. Eduardo Galeano sólo pensará por unos minutos en silencio, y no en el contenido de Vargas Llosa sino en la forma en que dice las cosas. Muchas veces ocurre que quienes se agitan, quienes hablan fuerte y rápido parecieran a los ojos de los desprevenidos poseedores de la verdad. La verdad es un enigma en Eduardo. Se ha planteado varias veces en su vida, de la existencia cierta de la verdad. Muchas “verdades” han descubierto y plasmado en las Venas Abiertas de América Latina; y las recordará rápidamente. En una ultima frase de su obra escribió: “Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres”. Vaya la redundancia, justamente fue el fin del monologo de Vargas Llosa; la conciencia.
- Te veo boquiabierto aún… esperaba un rival más ávido con el debate- Levanta la mano para que se acerque una mesera.
- Señorita, le pido un vaso de agua para mi abuelo- se ríe, y guiña un ojo- mentira mujer, un whisky para mi amigo eso le pido. No te preocupes Galeano, yo pago, me has dejado mal de creer que te he ganado la charla; ¡jaque mate!- Vuelve a reír.
- Disculpe, ¿es usted Eduardo Galeano?-Interrumpe la mesera, algo joven de unos 30 años y cabellos oscuros- no quisiera molestar, pero ¿Podría firmarme un autógrafo?
Eduardo asiente con un gesto y realiza un autógrafo dedicándoselo a maría.
- Muchas gracias, ¡mi padre no podrá creerlo! ¡Eduardo Galeano aquí en este bar con un amigo!- Mario Vargas Llosa ha prendido un habano mirando la escena con algo de resentimiento. No es sólo cuestión de niños, sufrir de envidias.- Por cierto, ¿Qué opina del peronismo?
- Juan Domingo Perón había desafiado los intereses de la oligarquía terrateniente de la Argentina , cuando impuso el estatuto del peón y el cumplimiento del salario mínimo rural. En 1944, la Sociedad Rural afirmaba: “En la fijación de los salarios es primordial determinar el estándar de vida del peón común. Son a veces tan limitadas sus necesidades materiales que un remanente trae destinos socialmente poco interesantes”. La Sociedad Rural continúa hablando de los peones como si fueran animales, y la honda meditación a propósito de las cortas necesidades de consumo de los trabajadores brinda, involuntariamente, un buen clave para comprender las limitaciones del desarrollo industrial argentino: el mercado interno no se extiende ni se profundiza en medida suficiente. Resulta interesante dado sus últimos conflictos con lo que se dijo en los medios “problemas con el campo”, esto destaca nuevamente, los grupos de poder dentro de los trasfondos de las decisiones y las oposiciones de siempre, serán.
- Mira niña, no escuches a este hombre y hazme caso que ya no estas en edad para seguir con el mandato familiar peronista, créeme que con el mayor de mis respetos a ambos son producto del marxismo de folleto. Una mezcla extraña de tesis tercermundista, brotes de nacionalismo y de demagogia populista para contentar al pueblo, y son sólo han sido pensamientos de caricatura; llámese José Martí, Augusto Cesar Sandino, José Carlos Mariátegui, Víctor Raúl Haya de la torre, Jorge Eliécer Gaitán, Eloy Alfaro, Lázaro Cárdenas, Emiliano Zapata, Juan Domingo Perón, Salvador allende, cuando no el propio Simón Bolívar o el che Guevara.
- ¡Dices que no me crea! Yo no busco eso justamente, ¿pero tú al nombrar personajes de caricatura según dices te crees más sabio Mario? ¿Acaso los has leído y/o investigado correctamente? Deja que oiga las dos campanas pero no defenestres los sujetos de la historia, no los trato de héroes que al morir dirán frases larguísimas con disfraces en plena batalla, los considero a muchos como quienes crearon las huellas y los caminos a seguir, cómo puede ser que sean precursores de muchos de los pasos que damos día a día, hacia donde nos dirigimos y de ellos habrá que aprender sea positivo como no.
La mesera asiente con la cabeza y se retira en busca de bebidas para ambos. Sigue con su trabajo, quizás de esto mismo tratase Galeano. Mario mira por encima de los libros que ha sacado de su maletín; querrá demostrar su saber y que él no habla por hablar. Mientras saca volúmenes de diversos colores, Galeano pensará que nunca se puede tener certeza del saber del otro en realidad, más allá de los títulos, no será cuestión de lecturas ni libros sino de las construcciones que habrá hecho cada uno. Cuando muchas veces no se precisan de ellos para tener formulaciones, pero sin estos no se conciben los fundamentos, ¡Que ironía! Según este ultimo pensamiento se podría decir que quienes más dinero posean más inteligentes serán, esto lo había visto en algún lado; Galeano abre el manual del perfecto idiota latinoamericano que tiene marcadas partes.
- ¡Me parecía haberlo leído! “Por ultimo, ese paraíso propuesto por Galeano como delo de un tiempo a esta parte ya no exhibe como atracción su gallardo perfil de combatiente heroico, sino las sudorosas y trajinadas nalgas de las pobres mulatas de Tropicana, y la promesa de que ahí se puede comprar sexo de cualquier clase con un puñado de dólares. A veces basta con un plato de comida. Menos, mucho menos de lo que cuesta en una librería el libro del señor Galeano”. Este remate tuyo, me ha causado ironía, curiosamente es del capitulo “La biblia del idiota”, capitulo de un libro que cuesta prácticamente lo mismo, más que no es bien difundido deberán encargarlo- Cierra el libro con una mueca, símil a la de Vargas Llosa, esto seria recién el “jaque” en palabras.
Mario queda sin palabras. Desplaza su mirada hacia la mesa cubiertas de libros, lee las tapas mientras toma sorbos largos de whisky, los libros traídos por Galeano son los mismos que critica él en su capitulo “Los diez libros que conmovieron al idiota latinoamericano”; “la historia me absolverá”, “los condenados de la tierra”, “la guerra de guerrillas”, “Para leer al pato Donald” y demás obras.
- ¿Cuando empezaremos con temas candentes? Ya sabes, tratemos de los mercados, de la corrupción política, de la globalización, tratemos algo de la deuda externa, de las inversiones, de la pobreza, hablemos de cómo nos ven en el exterior, algo así espero. Pero vayamos de a uno, tema a tema desglosándolo.
- Escucha Mario, dos cuestiones en todo eso; primero que todo lo que me nombras tiene una relación de la cual no habrá necesidad, y esto tiene que ver con la segunda cuestión, ya que no será necesario abstraer cada tema. ¿De que manera? Pues mira; La deuda externa latinoamericana era, en 1975, casi tres veces mayor que en 1969. Brasil, México, Chile y Uruguay destinaron, en 1975, aproximadamente la mitad de sus ingresos por exportaciones al pago de las amortizaciones y los intereses de la deuda y al pago de las ganancias de las empresas extranjeras establecidas en esos países. Los servicios de deuda y las remesas de utilidades tragaron, ese año, el 55 por ciento de las exportaciones de Panamá y el 60 por ciento de las de Perú[1]. En 1969, cada habitante de Bolivia debía 137 dólares al exterior. En 1977, debía 483. Los habitantes de Bolivia no fueron consultados ni vieron un solo centavo de esos préstamos que les han puesto la soga al cuello. Mientras el CITIBANK no figura como candidato en ninguna lista, en los pocos países latinoamericanos donde todavía se realizan elecciones; y ninguno de los generales que ejercen las dictaduras se llama Fondo Monetario Internacional. Pero, ¿cuál es la mano que ejecuta y cuál la conciencia que ordena? Quién presta, manda. Para pagar, hay que exportar más, y hay que exportar más para financiar las importaciones y para hacer frente a la hemorragia de las ganancias y los royalties que las empresas extranjeras drenan hacia sus casas matrices. El aumento de las exportaciones, cuyo poder de compra disminuye, implica salarios de hambre. La pobreza masiva, clave del éxito de una economía volcada al exterior, impide el crecimiento del mercado interno de consumo en la medida necesaria para sustentar un desarrollo económico armonioso. Nuestros países se vuelven ecos y van perdiendo la propia voz. Depende de otros, existe en tanto dan respuesta a las necesidades de otros. A su vez la remodelación de la economía en función de la demanda externa nos devuelve a la estrangulación original: abre las puertas al saqueo de los monopolios extranjeros y obliga a contraer nuevos y mayores empréstitos ante la banca internacional. El círculo vicioso es perfecto: la deuda externa y la inversión extranjera obligan a multiplicar exportaciones que ellas mismas van devorando. La tarea no puede llevarse a cabo con buenos modales. Para que los trabajadores latinoamericanos cumplan con su función de rehenes de la prosperidad ajena, han de mantenerse prisioneros del lado de adentro o del lado de afuera de los barrotes de las cárceles.
- ¡Excelente argumento! Me haces sentir un idiota al no considerar esas relaciones que haces, propio de gente como tú que mezcla las cosas hasta crear “pucheros” criollos, nunca se sabe que se puede encontrar en esas fusiones. Demanda externa, me quede con esas palabras, sabes que mucho de lo que disfrutas proviene en gran parte del “Primer mundo” ese confort que tienes todo cuanto ves ha sido traído de allí, y ¿Se quejan acaso ellos de eso?- Vargas Llosa mira a Galeano y vuelca su mirada de nuevo en los libros. Sabe que Eduardo espera algún fundamento en esa teoría y justamente el confort, y el valor de los libros no tendrán efecto. Finalmente, recuerda la clave de ese pensamiento suyo:- Oye, cuando dices que el ingreso promedio de un ciudadano norteamericano es siete veces mayor que el de un latinoamericano, no comprendo tus comparaciones. Es totalmente absurdo comparar el nivel de consumo entre naciones que no tienen el mismo ritmo de aumento de la producción, y mucho menos, de la productividad. Si el campesino de las montañas hondureñas hoy vive sin luz eléctrica o sin agua corriente y demás que tratan de las comodidades, como Vivian los habitantes de california en 1890, la “culpa” de que hoy los californianos vivan infinitamente mejor que los campesinos hondureños de nuestros días no hay que achacársela a nadie.
- Sigues desligando responsabilidades, comparas de manera absurda según tú también me dices, a que ¡no se puede comparar california con honduras! ¿Cómo haces tú esas relaciones Mario? Un hombre de letras como se decía antes, un hombre instruido que no distingue, que sabe que sufrieron historias distintas.
- Oye, ¡en Estados Unidos masacraron a los indígenas! ¿Me dirás que eso no es peor de algún modo no? Tú que defiendes a los aborígenes. Y si son ciertamente diferentes, eso no te negaré, pues los colonos de Estados Unidos llegaron con ideas de progreso con ideas incipientes del protestantismo; de progreso, de trabajo honrado, no con esas falacias de La Iglesia de que los ricos no podrán ingresar a los cielos. ¿Me dirás acaso que crees en eso?
- Sabrás que la guerra contra el protestantismo era además la guerra contra el capitalismo ascendente en Europa. Que quienes han de ver por estos enfoques no miden que ese progreso que admiran de los países desarrollados ha sido fruto de América Latina más que de Estados Unidos que se ha transformado, hace tiempo claro, pero que esa transformación sólo fue posible por la imitación de las políticas imperialistas de Europa de las ansias de expansión constantes, y sólo posible por su situación y independencia. No es simple porque hasta el progreso está en manos de pocos propietarios. No se han quedado neutros los Estados Unidos; Los capitales norteamericanos obtenían, directamente o indirectamente, jugosas utilidades de su asociación con la dictadura. “La norteamericanización de México, de la que tanto se jacta Wall Street, decía Turner, se está ejecutando como si fuera una venganza”. En 1845 los Estados Unidos se habían anexado los territorios mexicanos de Texas y California, donde restablecieron la esclavitud en nombre de la civilización, y en la guerra México perdió también los actuales estados norteamericanos de Colorado, Arizona, Nuevo México, Nevada y Utah. Más de la mitad del país. El territorio usurpado equivalía a la extensión actual de Argentina, ya que aquí estamos. “¡Pobrecito México!, se dice desde entonces, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”. El resto de su territorio mutilado, sufrió después de la invasión de las inversiones norteamericanas en el cobre, en el petróleo, en el caucho, en el azúcar, en la banca y en los transportes. Por eso no me preguntes cómo puede ser posible la diferencia entre México y la Argentina, entre Cuba y Brasil, si no mides no sólo el aspecto geográfico sino también su historicidad, mezclas realmente todo con todo en tu puchero Mario.
- Me has dado hambre, Galeano, ¿después de todo, que más abre de decirte? “El diablo sabe más viejo que por sabio”, no estaré en situación de declararte la guerra Galeano, no estoy para alentar la revolución. Sólo concluyó diciéndote que América Latina esta cambiando para mejor, no hay duda. Las dictaduras militares han sido reemplazadas por gobiernos civiles en todos los países, casi, y una cierta resignación con el pragmatismo democrático parece extenderse por doquier, en lugar de las viejas utopías revolucionarias, a tropezones y porrazos, se van aceptando cosas que hace muy poco tiempo eran tabú; la internacionalización, los mercados, la privatización de la economía, la necesidad de reducir y disciplinar a los estados. Pero todo ello como a regañadientes, sin convicción, porque ésa es la moda y no hay otro remedio. Unas reformas hechas con ese desgano, arrastrando los pies y rezongando entre dientes contra ellas, ¿no estarán condenadas al fracaso? ¿Cómo podrían dar los frutos esperados (modernidad, empleo, imperio de la ley, mejores niveles de vida, derechos humanos, libertad) si no hay apuntalando esas políticas y perfeccionándolas, una convicción y unas ideas que les den vida y las renueven sin tregua?
- En eso estaré de acuerdo contigo Vargas Llosa pues fueron y serán condenadas al fracaso y no será cuestión de convicción sólo sino de perfeccionamiento sí en esas políticas. Pero no confíes de estos gobiernos civiles, ya que no son del todo independientes no son libres, no hay libertad en la deuda, no hay libertad en la dependencia. No seré extremo dirigiéndome hasta en los intercambios, hablo de una continuación por desgracia. Hablo de la neo colonización de la cual tú te burlas, pero supongo que dentro de ti sabes que es cierta y que ha empezado hace tiempo ya. Tendrás, Vargas Llosa, tus cuantas teorizaciones en contra o a favor, yo mismo sabes puedo equivocarme pues no pienso auto-idealizarme ni proponer un manifiesto de guerra, sólo me conformare mientras con que esa mujer- Señala a la mesera que se encuentra sentada ocultando un libro en la falda- como cuanto hombre y jóvenes allá, pueda dentro de sí liberarse primero y para ello deberá escuchar ambas campanas antes.
Una aspiración fuerte de Vargas Llosa interrumpe a Galeano, éste lo mira fijamente.
- ¡Todo un soñador! ¡Imagine! ¡No sé si eres lennon o Tomas Moro, Eduardo!- Se ríe de nuevo.
- ¡Tú también lo eres Mario! No sé quien de los dos tiene ilusiones más imposibles…pero seguramente no te haces drama mientras sigas escribiendo en Paris de lo que ocurre en Lima.
Mario deja de reírse, y piensa rápido que contestarle. Galeano le levanta y junta sus libros.
- Ya es hora de que me marche Mario, ha sido todo un placer charlar contigo amigo. No pienso cambiarte como ya sabes nunca pienso eso, no sólo porque eres un hombre grande si no porque de ti aprendo también. Ojala la vida nos regale otro encuentro con mayores tiempos, podríamos colocar a toda América sobre esta mesa- Mueve la mesa ya sin libros.
- Igualmente, ha sido un placer único. Un encuentro de intelectuales salvo que para la próxima Eduardo deja la cuota de idiotez en tu hogar, y tus sueños guárdalos en otra parte. Idiota no en el pensamiento sino en lo nostálgico, hombre, eres un caso perdido… pero deberé reconocer que también siento lo mismo, que me enriquece tu platica aunque no piense igual que tú.
Se saludan amistosamente. Al salir, casualmente deben tomar rumbos opuestos pero en el mismo barrio, en el mismo país al sur según se dice del mundo.
[1] El dinero, que tiene alitas según Eduardo Galeano, viaja sin pasaporte. Buena parte de las ganancias generadas por la exportación de nuestros recursos se fugan a Estados Unidos, a Suiza, a Alemania federal o a otros países donde pega un salto de circo para luego volver a nuestras comarcas convertida en empréstitos.
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