viernes, 12 de junio de 2015

Dice, dicen, dijeron por ahí

Hace tiempo que no escribo mis reflexiones por así llamarlas a este cumulo de emociones que conllevan la misma existencia. Pero si aún queda algo por decir, que a veces no suelo resolver, conviene que sepan que es porque no termino de aprender a cómo desenvolverme en este hermoso caos. Cuando creé el Blog, en el 2013 se convirtió en más que un espacio de difusión sino en una carta abierta para el entorno que luego llegó a rincones impensados del planeta donde gente que aún sin entender mi idioma pudieron traducir mis palabras y acercarse vía facebook sin ser docentes. Creo que esto se dio por el espacio de reflexiones que acallé a partir de una serie de circunstancias, algunas extremas con una persona de cual aprendí demasiado y con quien por desgracia no me habló más. La había conocido de casualidad y su intervención en mi problema del momento me alentó a seguirla como fiel discípula. Existen muy pocas personas que ante los problemas dan buenas sugerencias. Decidí cortar por lo sano, como dicen y quizá como ocurre con las parejas; darnos un tiempo para repensar.  Cuando yo entraba a la escuela a los 6 años, vos te recibías expresaste una vez y no hay nada más cierto que la verdad pura. No me tomo en mala manera las verdades, sí quisiste ofenderme con esto no lo conseguiste porque de ningún modo puedo adjudicarme una edad que no tengo. Pero por favor renuevo la idea de que no hay edades para madurar. Las historias personales nos cambian y vuelven demasiado complejos/as para comprender. Y sí, nunca lograré escribir en neutro 100% porque aprendí hasta los huesos que no existe mensaje neutro mientras haya una persona que piense detrás. Esas son cuestiones que como profes de sociales sabemos e incorporamos de forma inmaculada si se quiere. Y ciertamente existe un idealismo detrás de todo esto, y es la idea de que podemos cambiar la sociedad, lo establecido, con la transformación de las palabras. Incorporó la cuestión de género porque creo en que ese es el camino que se precisa en esta, repito, sociedad llena de violencia. Machista, prejuiciosa entre otras miles de cosas que podrían ser calificativos de la actualidad. Pero las esperanzas nos renuevan, esas ganas de salir de casa a enfrentarse y a hacer intentos de cambio. “¿Quien dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón. (...) No será tan fácil (...) no será tan simple como pensaba, como abrir el pecho y sacar el alma...” Me identifico muchísimo con esta canción. Como un documento inalterable, yo vengo a ofrecer mi corazón...  “No será tan simple como pensaba” porqué cuando ingresé al profesorado hace poco, con dieciocho años nos preguntaron ¿porqué se inscribieron? Y como la mayoría, respondí que es porque me gusta la Historia (en un primer momento quise ser profe de historia antes de Geografía). Y el profe, muy sabiamente nos dijo que si es por eso deberíamos hacer otra carrera. Porque esto era para formar docentes. Algo de lo cual no caía muy bien porque ciertamente existe un mundo muy complejo en la docencia que como estudiante no sé ve. Cuando habló con algún estudiante o familiar que desconoce esto me dicen “no me interesa la docencia porque hay que tener paciencia con los pibes”, pero yo creo que mi respuesta es que peor paciencia hay que tener con el resto, con todo ese entramado institucional que pone piedras, pone agresiones y demás. Porque lamentablemente mis mayores conflictos son con quienes rodean ese espacio áulico. Hace poco, por poner un ejemplo de esto, casi renunció a mi trabajo en un colegio privado por un directivo que tiró mis laureles por el piso. Todo comenzó con un interrogatorio policial, “usa el diseño curricular? De donde provienen sus notas? Yo no voy a defenderla, yo no la conozco, etc”. Aún sigo recuperándome de esta circunstancia sumada a otros miles de comentarios diarios que ciertamente no me ayudan ni asesoran de ningún modo. De esto ya me habría percatado en mis prácticas cuando también existieron intervenciones de autoridades en dominio de una suprema autoridad avasallante. Gracias a Dios, existen otras directoras que sí bien en un primer momento también chocamos (por mi edad, por mis ideas entre miles de comillas revolucionarias que en realidad no invento yo sino que están en este famoso diseño curricular) pero que hoy nos podemos hablar y vernos con las mismas preocupaciones. Incluso en este último tiempo conocí (re-conocí) a una persona fantástica que es esas de las que describí al comienzo, aquella que brinda soluciones además de identificar los problemas. “para elegir el modo..” Me siento bendecida de poder equilibrar la balanza y que incluso me consideren para proyectos que me mantienen ocupada en este camino profesional que se entrecruza con el personal en miles de puntos. Porque no dejó de ser yo misma cuando habló con mis estudiantes, es quizá por esto por lo que cuando me enjuiciaron de “no escuchar” en ese otro caso mencionado respondí con tristeza. No existe mentira más enorme que esa figura de autoritarismo que sé que no tengo. Digamos, que cómo convine con otra docente llámese perfil bajo o cómo se diga... no es necesario ser violenta en la violencia misma. Pareciera que cuando más aprendes menos recordas esos papeles y esas acciones para dejar lugar a una persona que sólo aprende. A veces de malas formas, lo que se debe aprender de las personas. Me recomendaron varias veces que lea el malestar en la cultura. Quizá en algún momento pueda retomar mi interés en la lectura sin que sea para la promoción de alguna materia. Así como recobré mis ganas de escribir sin esperar alicientes ni notas. Un último aporte para finalizar un día agitadísimo es reconfortarme en lo que me apasiona y encontrar en esas palabras el alivio que necesito para recobrar fuerzas;
“Es propio  del pensar acertado la disponibilidad al riesgo, la asunción de lo nuevo que no puede ser negado o recibido sólo porque es nuevo, así como el criterio de rechazo a lo viejo no es solamente cronológico. Lo viejo que preserva su validez o que encarna una tradición o marca una presencia en el tiempo continua siendo nuevo.

También el rechazo definitivo  a cualquier forma de discriminación forma parte del pensar acertadamente. La práctica prejuiciada de raza, clase, género, ofende la sustantividad del ser humano y niega radicalmente la democracia. Cuán lejos estamos de ella cuando vivimos en la impunidad de los matan niños en las calles, de los que asesinan campesinos que luchan por sus derechos, de los que discriminan a los “negros”, de los que subestiman a las mujeres. Cuan ausentes de la democracia están los que queman iglesias de negros porque, en verdad, los negros no tienen alma (según dicen). A mí me da pena y no rabia, cuando veo la arrogancia con que la blanquitud de las sociedades donde se hace eso (...). A veces temo que algún lector o lectora, incluso no totalmente convertido al pragmatismo neoliberal pero ya tocado por él, diga que, soñador, continúo hablando de una educación de ángeles y no de mujeres y hombres. Sin embargo, lo que he que dicho hasta ahora se refiere radicalmente a la naturaleza de mujeres y hombres. Naturaleza entendida como algo que se constituye social e históricamente y no como un a priori de la Historia” (FREIRE, Paulo. 1996. Pedagogía de la Autonomía. No hay docencia sin discencia, pág. 36-37. Ed. Siglo Veintiuno).

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