Hace tiempo que no escribo mis
reflexiones por así llamarlas a este cumulo de emociones que conllevan la misma
existencia. Pero si aún queda algo por decir, que a veces no suelo resolver,
conviene que sepan que es porque no termino de aprender a cómo desenvolverme en
este hermoso caos. Cuando creé el Blog, en el 2013 se convirtió en más que un
espacio de difusión sino en una carta abierta para el entorno que luego llegó a
rincones impensados del planeta donde gente que aún sin entender mi idioma
pudieron traducir mis palabras y acercarse vía facebook sin ser docentes. Creo
que esto se dio por el espacio de reflexiones que acallé a partir de una serie
de circunstancias, algunas extremas con una persona de cual aprendí demasiado y
con quien por desgracia no me habló más. La había conocido de casualidad y su
intervención en mi problema del momento me alentó a seguirla como fiel discípula.
Existen muy pocas personas que ante los problemas dan buenas sugerencias. Decidí
cortar por lo sano, como dicen y quizá como ocurre con las parejas; darnos un
tiempo para repensar. Cuando yo entraba a la escuela a los 6 años, vos te recibías expresaste una vez
y no hay nada más cierto que la verdad pura. No me tomo en mala manera las
verdades, sí quisiste ofenderme con esto no lo conseguiste porque de ningún
modo puedo adjudicarme una edad que no tengo. Pero por favor renuevo la idea de
que no hay edades para madurar. Las historias personales nos cambian y vuelven
demasiado complejos/as para comprender. Y sí, nunca lograré escribir en neutro
100% porque aprendí hasta los huesos que no existe mensaje neutro mientras haya
una persona que piense detrás. Esas son cuestiones que como profes de sociales sabemos
e incorporamos de forma inmaculada si se quiere. Y ciertamente existe un
idealismo detrás de todo esto, y es la idea de que podemos cambiar la sociedad,
lo establecido, con la transformación de las palabras. Incorporó la cuestión de
género porque creo en que ese es el camino que se precisa en esta, repito,
sociedad llena de violencia. Machista, prejuiciosa entre otras miles de cosas
que podrían ser calificativos de la actualidad. Pero las esperanzas nos
renuevan, esas ganas de salir de casa a enfrentarse y a hacer intentos de
cambio. “¿Quien dijo que todo está
perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón. (...) No será tan fácil (...) no será
tan simple como pensaba, como abrir el pecho y sacar el alma...” Me
identifico muchísimo con esta canción. Como un documento inalterable, yo vengo
a ofrecer mi corazón... “No será tan
simple como pensaba” porqué cuando ingresé al profesorado hace poco, con dieciocho años nos preguntaron ¿porqué se inscribieron? Y como la mayoría,
respondí que es porque me gusta la Historia (en un primer momento quise ser
profe de historia antes de Geografía). Y el profe, muy sabiamente nos dijo que
si es por eso deberíamos hacer otra carrera. Porque esto era para formar
docentes. Algo de lo cual no caía muy bien porque ciertamente existe un mundo
muy complejo en la docencia que como estudiante no sé ve. Cuando habló con
algún estudiante o familiar que desconoce esto me dicen “no me interesa la
docencia porque hay que tener paciencia con los pibes”, pero yo creo que mi
respuesta es que peor paciencia hay que tener con el resto, con todo ese
entramado institucional que pone piedras, pone agresiones y demás. Porque
lamentablemente mis mayores conflictos son con quienes rodean ese espacio áulico.
Hace poco, por poner un ejemplo de esto, casi renunció a mi trabajo en un
colegio privado por un directivo que tiró mis laureles por el piso. Todo comenzó
con un interrogatorio policial, “usa el diseño curricular? De donde provienen
sus notas? Yo no voy a defenderla, yo no la conozco, etc”. Aún sigo recuperándome
de esta circunstancia sumada a otros miles de comentarios diarios que
ciertamente no me ayudan ni asesoran de ningún modo. De esto ya me habría percatado
en mis prácticas cuando también existieron intervenciones de autoridades en
dominio de una suprema autoridad avasallante. Gracias a Dios, existen otras
directoras que sí bien en un primer momento también chocamos (por mi edad, por
mis ideas entre miles de comillas revolucionarias que en realidad no invento yo
sino que están en este famoso diseño curricular) pero que hoy nos podemos
hablar y vernos con las mismas preocupaciones. Incluso en este último tiempo
conocí (re-conocí) a una persona fantástica que es esas de las que describí al
comienzo, aquella que brinda soluciones además de identificar los problemas. “para elegir el modo..” Me siento
bendecida de poder equilibrar la balanza y que incluso me consideren para
proyectos que me mantienen ocupada en este camino profesional que se entrecruza
con el personal en miles de puntos. Porque no dejó de ser yo misma cuando habló
con mis estudiantes, es quizá por esto por lo que cuando me enjuiciaron de “no
escuchar” en ese otro caso mencionado respondí con tristeza. No existe mentira
más enorme que esa figura de autoritarismo que sé que no tengo. Digamos, que
cómo convine con otra docente llámese perfil bajo o cómo se diga... no es
necesario ser violenta en la violencia misma. Pareciera que cuando más aprendes
menos recordas esos papeles y esas acciones para dejar lugar a una persona que
sólo aprende. A veces de malas formas, lo que se debe aprender de las personas.
Me recomendaron varias veces que lea el malestar en la cultura. Quizá en algún
momento pueda retomar mi interés en la lectura sin que sea para la promoción de
alguna materia. Así como recobré mis ganas de escribir sin esperar alicientes
ni notas. Un último aporte para finalizar un día agitadísimo es reconfortarme en
lo que me apasiona y encontrar en esas palabras el alivio que necesito para
recobrar fuerzas;
“Es propio del pensar acertado
la disponibilidad al riesgo, la asunción de lo nuevo que no puede ser negado o
recibido sólo porque es nuevo, así como el criterio de rechazo a lo viejo no es
solamente cronológico. Lo viejo que preserva su validez o que encarna una tradición
o marca una presencia en el tiempo continua siendo nuevo.
También el rechazo definitivo a
cualquier forma de discriminación forma parte del pensar acertadamente. La práctica
prejuiciada de raza, clase, género, ofende la sustantividad del ser humano y
niega radicalmente la democracia. Cuán lejos estamos de ella cuando vivimos en
la impunidad de los matan niños en las calles, de los que asesinan campesinos
que luchan por sus derechos, de los que discriminan a los “negros”, de los que
subestiman a las mujeres. Cuan ausentes de la democracia están los que queman
iglesias de negros porque, en verdad, los negros no tienen alma (según dicen).
A mí me da pena y no rabia, cuando veo la arrogancia con que la blanquitud de
las sociedades donde se hace eso (...). A veces temo que algún lector o
lectora, incluso no totalmente convertido al pragmatismo neoliberal pero ya tocado
por él, diga que, soñador, continúo hablando de una educación de ángeles y no
de mujeres y hombres. Sin embargo, lo que he que dicho hasta ahora se refiere
radicalmente a la naturaleza de mujeres y hombres. Naturaleza entendida como
algo que se constituye social e históricamente y no como un a priori de la
Historia” (FREIRE, Paulo. 1996. Pedagogía de la Autonomía. No hay docencia
sin discencia, pág. 36-37. Ed. Siglo Veintiuno).
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