lunes, 2 de marzo de 2015

¿Es sólo una cuestión de actitud?


En estos días entre silencios, he leído sus mensajes de forma casual. La verdad que reconozco ser una fiel lectora de todos/as a quienes he agregado (o al revés) en el Facebook del blog que por diversas razones se vinculan con la docencia, con alguna ciencia o cuestión a fin. Y sin dudas que hemos atravesado por una instancia importante: periodo de evaluaciones. 
A algunos/as como a mí nos ha tocado en suerte ser participe en ambos roles. Ser y no, cuestión que más allá de la circunstancia; creo nos enriquece. ¿Qué mejor que poder experimentar un poco de ese otro lado? De esos nervios inesperados, de lagunas mentales, de sueño, de días y noches leyendo-leyendo queriendo que ese saber que creo está fuera de mí, ingrese mágicamente en mi cabeza para que pueda ponerme en la boca las palabras de grandes escritores, de diversos especialistas por un momento. Por lo menos mientras dure el examen. ¿Y eso significa que sé?¿

No quiero caer en relativismos y que la reflexión sea “el para qué”, porque últimamente he considerado con mayor entusiasmo “el cómo”. Es decir, ese transcurso que me lleva y cómo me puede ser útil para lo que hago, para mí en sí misma. 
Aunque no sea transcendental lo que escribo espero sepas de lo que hablo y que juntos/as repensemos varias cosas, hasta con que palabras las expresamos.
Comencemos por la peor parte: las emociones negativas. Y no estés precalificando que como no soy psicóloga no es relevante. Ese pensamiento acerca de las vocaciones y sus presuntas áreas es una emoción negativa también. Es para desacreditar, reducir e intimidar a que sólo habla “el que sabe”, cuestión que tenemos que cambiar. Preguntarme las capitales de los países o las características de alguna cosa que sí sepas no me hace menos inteligente. Menos a los gritos por favor, cuestión que detesto junto con las miradas de burla. Esos preconceptos son tremendos…

Al igual que desacreditar al o la menor edad, algo que me ha pasado miles de veces y aún me sucede… quizás por la cuestión del imaginario de que el docente debe tener mínimamente alrededor de 30 y que al igual que en la antigua Roma mientras mayor edad tengas más sabes. Y puede ser en parte cierto, “el diablo sabe más por viejo que por diablo” dice la frase. Pero también puede no serlo… porque no todos recorremos el mismo camino del conocimiento, ni existe ni existirá jamás. Este escrito es un divague, es una catarsis, un poco de humanidad que espero sete contagie y recuerdes e identifiques en vos.
Regresemos a la cuestión de las emociones negativas, ¿Por qué se vuelve tan dramático rendir un examen? He visto reacciones de todo tipo y las he experimentado también así como ciertos bloppers que atesoro como marcas de guerra. Y me doy cuenta cuanto influye las palabras del docente, cuán susceptibles nos volvemos a veces. Y de nada ayuda ciertos comentarios ocurrentes de los docentes. ¿Cómo no sabes esto? Es una clásica… ¿recordas cuando tampoco lo sabias? Diria. ¿Cuesta tanto ponerse en levemente en la situación del otro? Por ejemplo una profesora me dijo cuándo entre al aula a rendir mi primer examen: cómo va el trabajo de parto? Esto ya lo había contado en http://geocsociales.blogspot.com.ar/2014/02/evaluar-las-evaluaciones.html
Y tiene que ver con la noción negativa de la hablaba antes. Prefiero pensar en que…
imagen no sacada de internet.... de milagro
A veces se aprueba, a veces no. Aunque siempre debe haber dedicación… ciertamente sin estudio no se consigue, sin esforzarse menos. Y que en algún momento se logrará por ello no hay que dejar de insistir, de luchar. La suma de estas circunstancias darán algún fruto: un papel que diga título aunque es más importante lo que aprendes. Recuperar la vocación, el amor al arte, a lo que sea que te brinde un impulso o que sea parte para acceder a otros fines como el secundario. Será sólo la plataforma de despegue de un camino profesional y te habrá dejado con un bagaje cultural general, las pequeñas pistas de tus verdaderos intereses, miles de recuerdos, y como dije ese dichoso papel. Y a todo esto ni mencione aún sobre las notas, esos números que sentencian que no determinan que sabemos en realidad, sobre esto también había escrito en: http://geocsociales.blogspot.com.ar/2013/06/inauguracion-de-un-espacio-tambien-de.html
Titulé este escrito ¿Es sólo una cuestión de actitud? Haciendo referencia a una canción de Fito Páez 

porque a veces pareciera que sólo cuenta la confianza, y/o estrategia para exponer, para expresarse ¿Puede ser esto cierto?. Un amigo que lamentablemente ya no me habla, me diría que parezco Mirtha legrand…

Pero no me refiero únicamente a lo estético sino a la cuestión del comportamiento si se quiere. 
Aunque "recordemos, entretanto, que los resultados de la acción humana no dependen únicamente de la racionalidad de la decisión y de la ejecución. Existe siempre una cuota de imponderabilidad en el resultado debida, por un lado a la naturaleza humana y, por otro lado, al carácter humano del medio" (SANTOS, Milton. La naturaleza del Espacio, p.79).
Me gustaria retomar la cuestión de la actitud si se quiere en otra oportunidad para ver si es cierto, o se trata sólo de un juego mental... mientras tanto:



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